Premio Iberoamericano de la república Checa XV Edición (año 1995)
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Prólogo
En las páginas que siguen quiero brevemente presentar los resultados de mi investigación histórico-biográfica realizada durante los años 2003 y 2004. El tema de la investigación fue la historia de la guerrilla antifranquista en España en los años 1945-1952.
El objetivo de mi investigación fue enfocar e interpretar esos acontecimientos históricos de dos maneras, a través de una doble óptica y así contribuir a la creación de una nueva imagen del pasado - imagen más humana, más plástica.
Mi intención fue llenar los “secos” datos historiográficos con vida por medio del testimonio oral de un hombre – actor de la Historia – y de su historia personal.
El trabajo con el material de archivo y con la literatura especializada – es decir el mapeo de “la gran Historia” – fue facilitado por la posibilidad de realizar esta parte de investigación directamente en España. Las fuentes primarias utilizadas fueron fundamentalmente los fondos del Archivo Histórico del Comité Central del Partido Comunista de España en Madrid y los fondos del Archivo General de la Guerra Civil en
Salamanca. Igualmente, fue parcialmente utilizada la prensa de la época (de diversos archivos). En cuanto a las fuentes secundarias, hice uso sobre todo de la literatura y los periódicos especializados de procedencia española (en menor medida de procedencia inglesa y francesa).
Para el trabajo con “la historia pequeña” -es decir con la historia personal de mi narrador J. M.- apliqué el método de la historia oral. Visitaba al narrador en su casa a lo largo de más de un año (de junio de 2003 a noviembre de 2004). En total se realizaron ocho visitas de aproximadamente cinco horas de duración cada una. La investigación fue conducida en forma de entrevistas autobiográficas (estructuradas o semiestructuradas). Las entrevistas se llevaron sólo en español. Esporádicamente, utilicé también en esta parte de la investigación algunas informaciones obtenidas del manuscrito de memorias de J. M. que él mismo me había facilitado.
Historia e historia
Optando por el método de la historia oral intenté lograr lo siguiente: destacar la dimensión individual, humana del problema histórico determinado. Como es notoriamente sabido, el método de la historia oral pertenece al terreno de la investigación cualitativa y como tal, su objetivo no está en acumular datos y hechos (que es el caso de la investigación cuantitativa) sino “mirar el mundo con los ojos del sujeto”. El objetivo no es la generalización, sino el enfoque de la particularidad, de la singularidad.
El concepto de “la gran Historia” y “la historia pequeña” está basado en la siguiente diferenciación: con la Historia entendemos un conjunto de “grandes” historias oficiales constituidas por los nombres de los gobernantes, denominaciones de pactos o convenios y fechas importantes de batallas. La Historia con H está basada en el análisis objetivo de datos y es registrada por eruditos expertos - los historiadores. Al contrario “la historia pequeña” es la historia personal del ser humano en la cual están incluidos los fenómenos corrientes de la vida de cada uno como alegrías y tristezas, esperanzas y decepciones.
“La historia pequeña” es una interpretación subjetiva de los eventos históricos. Testimonia sobre el impacto de un “gran” acontecimiento histórico en la trayectoria “pequeña” de la vida. El objetivo de la historia oral es describir e interpretar el contexto histórico precisamente de la manera en la cual lo percibe el hombre ordinario.
Me propuse enfocar al hombre y su historia personal para quienes no suele quedar espacio en las páginas de la Historia. Ciertamente me doy cuenta de que los testimonios de J. M. no tienen que ser siempre los más exactos, dada la edad del narrador y otros factores psicológicos y sociales. A pesar de eso creo –junto con el historiador y antropólogo eslovaco Peter Salner– que el testimonio de mi narrador debería ser percibido y comprendido como “complementación del mosaico de la época por una dimensión más que no solemos encontrar en las fuentes oficiales: el destino individual del contemporáneo y su percepción subjetiva de las acciones históricas. Es más bien el punto de vista de un etnólogo que el de un historiador. El objetivo de las entrevistas no fue verificar la “veracidad” de los testimonios sino dejar al narrador que explicara sus actitudes y contribuir al mencionado mosaico de la época con su experiencia personal.
La filosofía de la historia oral es presentar la historia de tal modo que no nos deje indiferentes, que nos podamos identificar con ella humanamente. Es en este aspecto del método donde para mi está su punto fuerte. Hay sin embargo otro argumento importante de por qué, aparte de los métodos tradicionales, decidí utilizar el método de la historia oral. La historia oral es frecuentemente insustituible en las situaciones donde otras fuentes no están accesibles o incluso son inexistentes. En tales casos el testimonio oral puede ser la única fuente de información sobre algún acontecimiento histórico. En su ensayo sobre las posibilidades y los límites de la historia oral el historiador checo Milan Vanek dice: “El método de oral history tiene su importancia específica para la investigación de las sociedades totalitarias y post-totalitarias donde no existe la pluralidad de fuentes y donde prevalecen documentos de procedencia estatal y de partido los cuales, además, sólo registraban aquellos eventos que sus autores consideraban importantes para ellos. Tal fue también el caso de la España franquista donde el tema de la guerrilla no ha sido tocado hasta tiempos muy recientes.
Estado actual de la investigación del tema
Hasta la mitad de los años noventa del siglo XX el tema de la guerrilla y los temas relacionados con ella (por ejemplo la estancia de los españoles en los campos de concentración franceses o su participación en la liberación de Francia de los Nazis) se encontraban más bien al margen del interés en el ámbito universitario. Sin embargo se trata de temas en mi opinión muy atractivos e interesantes y muchas veces completamente inexplorados y desconocidos.
En los años cuarenta y cincuenta cuando la lucha de la guerrilla contra la dictadura de Franco aún estaba lejos de terminar, la existencia de la guerrilla fue -por razones muy evidentes– ocultada. Sólo cuando el peligro que representaban los guerrilleros estaba definitivamente extinguido, Franco consintió – es más, incitó – la producción de una Literatura que cubriera el tema del “peligro rojo”. Nacieron diversos estudios sobre “los bandidos despiadados” y sus crímenes.5 Paralelamente con la literatura oficial existía también literatura publicada en el exilio, sobre todo en Francia (la editorial de Ruedo Ibérico) y en menor medida y en tiempos posteriores también en Cuba y en México. Sin pretender generalizar, opino que esa literatura se parecía más a leyendas y mitos comunistas que a testimonios objetivos sobre los acontecimientos en España de los cuarenta. Un interés más serio en el estudio de la guerrilla no surge hasta algunos años después de la muerte de Franco7, y los primeros trabajos históricos propiamente dichos se publican sólo a partir de la segunda mitad de los años ochenta del siglo XX. El primer estudio verdaderamente minucioso sobre la guerrilla española que tenemos a nuestra disposición es obra del historiador alemán Hartmut Heine quien en el año 1980 publicó su trabajo sobre el movimiento guerrillero en Galicia (A guerrilla antifranquista en Galicia. Xeiras, Vigo 1980); otras publicaciones de esa época son ante todo las monografías de carácter regional.8 Los estudios que tratasen del fenómeno de la guerrilla en su totalidad llegan mucho más tarde – el primero que engloba el fenómeno del maquis español cubriendo todo el territorio de Españasale en el año 2001, y su autor es Secundino Serrano Fernández.9
En los últimos años aparecieron en España algunos trabajos interesantes con carácter de memorias, frutos de los mismos contemporáneos del movimiento guerrillero. En la conciencia histórica checa el tema de la guerrilla española es, a mi juicio, hasta hoy día totalmente desconocido. He podido encontrar tan sólo dos publicaciones que están vinculadas a la problemática. La primera es el libro de reportajes de guerra de Jirí Mucha Ohen proti ohni (Fuego contra fuego) donde el tema de la guerrilla es tratado más bien marginalmente, en relación con las invasiones en los valles de Arán en el 1944. La otra es un estudio de siete paginas de extensión de Vladimír Nálevka que lleva el título Partyzánská válka ve Španelsku (Guerrilla en España) y que fue publicado en el 2000 en las Actas de la Universidad Carolina (AUC Studia Historica). El estudio de Nálevka es una rica fuente de informaciones sobre el contexto internacional más complejo – habla por ejemplo sobre el papel de Stalin en el movimiento guerrillero español, sobre las relaciones entre los comunistas rusos y españoles etc. Según mis comprobaciones, sin embargo, no ha habido ni hay en el ámbito universitario checo más personas que han investigado sobre la cuestión de la guerrilla antifranquista.
Historia de la guerrilla antifranquista 1945-1952
En esta parte del trabajo voy primero a esbozar una breve introducción al contexto histórico. A continuación, describiré distintos momentos históricos (y los fenómenos vinculados a ellos) de la manera en que he podido reconstruirlos a base de mi investigación histórica (investigación en los archivos y trabajo con la literatura secundaria) y los completaré con la perspectiva de mi narrador J. M. introduciendo partes de citas de las entrevistas transcritas.
La situación que imperaba en España en los años cuarenta del siglo XX suele ser evocada y descrita como una época de total silencio y de miedo sofocante. Una larga y silenciosa década durante la cual los hombres y las mujeres se recuperaban del choque de la guerra civil y del milagro de que habían sobrevivido. Su situación personal completamente cambiada no permitía que se ocuparan de nada más que de la pura supervivencia. Como si entre el final de la guerra civil y la primera manifestación de desacuerdo con el régimen (como suele considerarse la huelga general de Barcelona en marzo de 1951) se extendieran doce largos años de silencio e inmovilidad. Como si la brutalidad de las represiones de la posguerra11 no permitiera ninguna alternativa.
Y sin embargo había una alternativa. El final oficial de la guerra no significó el final de la lucha y estado de guerra. A lo largo de los años cuarenta se siguió luchando por todo el territorio español. En las montañas de León, Galicia, Asturias, Andalucía y Aragón, grupos de guerrilleros declararon la guerra a Franco y su régimen fascista. Nació un complejo movimiento de resistencia que en muchos aspectos (temporales, ideológicos) correspondía a
otros movimientos antifascistas en Europa (por ejemplo en Grecia o en Yugoslavia). J. M., que pasó seis años de su vida en la guerrilla, dice:
Éramos un puñado de hombres que… bueno, tal vez estábamos equivocados pero tal vez no, y puede ser que no teníamos posibilidades de vencer, pero puede que sí… bueno, hicimos todo cuanto estuvo en nuestras manos para recuperar España y devolverle su personalidad política, enajenada por el régimen dictatorial franquista.
La guerrilla era la primera oposición antifranquista organizada. Existía prácticamente en todo el territorio español y más de una vez representó un grave problema para la dictadura.
Constituía una posibilidad de cambios importantes si consideramos la inestabilidad en la cual se encontraba el régimen de Franco hasta la mitad del año 1947. En toda la existencia de la guerrilla pasaron por sus filas alrededor de 5. 000–6. 000 hombres. No podemos expresar numéricamente cuá ntas eran las personas que ayudaban de manera activa a los guerrilleros. Eran al menos decenas de miles: sabemos que por las simpatías con el movimiento guerrillero, aproximadamente 20. 000 personas fueron detenidas y posteriormente muchas veces ejecutadas.
El exilio y los campos de concentración franceses
En los últimos meses de la guerra civil e inmediatamente después, más de medio millón de españoles (450. 000–470. 000) abandonó el país. Entre ellos, más de 200. 000 eran mujeres y niños. Como muchos otros republicanos, J. M. se marchó a Francia.13 Salió de Barcelona a finales de enero de 1939:
[…] Poco antes de que cayera Barcelona, se declaró la movilización de la quinta a la que yo pertenecía. Hice entonces mi mochila y fui a presentarme al centro de reclutas, pero allí ya no había ni Dios. Las tropas franquistas ya tenían Barcelona al alcance de la mano y los republicanos se marchaban. Dos días más tarde todo era decidido […] me quedé enBarcelona, lo recuerdo perfectamente, hasta el día 26 de enero. En la madrugada de ese día lié mis bártulos, llevaba muy pocas cosas, cerré la puerta y tiré la llave por encima del hombro, al tejado, creo y me uní a la riada de gente que llenaba la carretera de Badalona […] Marchamos varios días antes de llegar a Francia. La mayor parte del viaje la hicimos a pie, aunque si también, algunas veces, pocas, nos llevaba alguna camioneta […] El peor recuerdo que guardo es cuando… era todavía… antes de llegar a Calella, en el cielo aparecieron los cazas franquistas y barreron la carretera llena de gente que se iba a Francia con sus ametralladoras… hubo muchos muertos y heridos, y ni una ambulancia. Tenía las manos llenas de sangre pues ayudaba a cargar dentro de una camioneta a los heridos. Recuerdo que entre ellos había una mujer, tenía un niño, un niñito de tres o cuatro años, que había muerto. Lo llevaba en los brazos y no quería separarse de él por nada ni por nadie… Entonces me di cuenta de lo que era ese franquismo, lo odié a muerte y me juré que nunca viviría bajo su régimen […]
Frente a la enorme cantidad de gente, el gobierno francés - que en esa época tampoco se encontraba en una situación muy envidiable - tardó considerablemente en resolver el problema. La solución que finalmente encontró consistía en la construcción de campos de concentración (los llamados camps d´internement o camps de concentration). Aunque sus capacidades parecían ser suficientes en realidad apenas pudieron absorber el número astronómico de los refugiados que venían cada día de España. De manera masiva, los campos surgieron ante todo en los primeros meses del 1939, por todo el territorio francés. Los de mayor capacidad estaban situados en el sudeste del país, cerca de la costa mediterránea. El campo de concentración más extenso era el de Argelès-sur-Mer el cual acogió aproximadamente a 100 000 refugiados. La mayoría de los campos (Bram, Agde, Rivesaltes, Septfonds, Gurs, Vernet, Rieucros) se hallaba en los departamentos de Roussillon y Pirineos Atlánticos (Pyrénées Atlantiques). Al llegar los primeros exiliados españoles no había absolutamente nada – ni agua corriente y mucho menos instalaciones sociales; ni siquiera las llamadas barracas, construcciones de madera que más tarde servían de alojamiento. Los primeros refugiados dormían en la playa, en los huecos que ellos mismos habían excavado y rellenado de periódicos:
Dormimos en la arena […] algunos tapados con una manta, algunos con dos, eso dependía de capacidades de cada uno de buscarse la vida. Sólo luego dormimos bajo el tejado, en barracas que nosotros construimos. Había muchas enfermedades, mucha gente se moría, sobre todo la que venía herida de la guerra. Comíamos lo mismo que comían los soldados, es decir comida del ejército. Patatas sobre todo. Un pedazo de pan, así de grande, tenías que repartirlo con cuatro personas. A veces nos poníamos de acuerdo con mi hermano o con alguien conocido y cuando se empezaba a hacer cola para el pan .. el pan lo tiraban desde arriba, desde los camiones y nosotros abajo esperando, y entonces uno de los dos empujó al que estaba delante esperando su turno, ése tropezó y el otro ya cogió el pan volante y patitas para que os quiero […]
Después de llegar al campo, entre miles de otras personas J. M. encuentra por casualidad a su hermano M. Este acontecimiento resultó ser de importancia fundamental para su futura estancia en Francia.
[…] entonces yo ya llevaba un tiempo en el campo. Voy a lo largo del alambre, iba buscando algo. Uno siempre iba buscando algo en el campo, tabaco, comida, en fin, algo, y estoy mirando por ahí y por allá y de repente del otro lado del alambre veo que están afeitando a los soldados, y mi hermano era soldado, había estado en el frente del Ebro, y veo a mi hermano allí con la cara llena de espuma y entonces voy para allá, nos miramos y él me pregunta: ¿Y tú, qué haces aquí? Y yo a él lo mismo le pregunto[…] Miguel era dos o tres años mayor que yo, y había estado en el ejército republicano desde el año treinta y siete, y claro, ya conocía algunos trucos de la vida, y además era muy comunicativo, mucho más comunicativo que yo. Yo aún era muy pequeño y me costaba mucho empezar a comunicar con gente, pero él no, siempre sabía arreglárselas […] Y ya no nos separamos, no hasta el año cuarenta y dos, cuando en el campo alemán, yo me escapé más tarde, y ahí sí nos separamos […]
El tratamiento que recibieron los españoles en la primera etapa de su exilio en Francia fue sin duda alguna extremadamente hostil y agresivo. Amenazas y violencias estaban al orden del día y contribuyeron a que dentro de unos pocos meses miles de exiliados, ante todo mujeres y niños, volvieron a España.15 Entre ellos, también la madre y la hermana de J. M.
Las dos mujeres decidieron regresar a la España franquista, a la casa que J. M. Había abandonado como último de la familia:
Cuando regresaron [mi madre con mi hermana] de Francia, de los campos de concentración, ni sé si encontraron aquellas llaves que yo había tirado al tejado. O si tuvieron que forzar la puerta. Me imagino que sí, que la habrían forzado pero lo no sé, la verdad es que nunca se lo pregunté ni a mi madre, ni a mi hermana. Las llaves las había tirado porque creo que presentía que yo ya no volvía allí.
Sin embargo, poco a poco la organización de la vida en los campos pasaba a las manos de los refugiados. Ese hecho permitió que surgieran numerosas actividades, incluidas las políticas. Fueron los mismos exiliados quienes hicieron las condiciones de vida en los campos más soportables. En algunos campos, incluso, se formaron los llamados barrios chinos, una especie de mercados donde uno podía vender o comprar casi de todo.16 Los españoles organizaban diversos eventos culturales, se impartían clases, se editaban periódicos, se realizaban encuentros políticos. La presencia de los intelectuales, de los maestros y de los profesores universitarios ayudó a que los campos llegasen a ser el catalizador de la identidad republicana. En agosto de 1940 ya existían en el campo de Argelès-sur-Mer los primeros grupos de comunistas organizados que intentaban coordinar sus acciones con las de los partidarios comunistas de otros campos y acordar un procedimiento común en la lucha contra los rebeldes franquistas.
A pesar de las iniciativas políticas y sociales mencionadas, la vida cotidiana en los campos, sobre todo en la fase inicial, tenía un carácter profundamente triste y deprimente.
Durante largos períodos los refugiados no podían salir de los campos y no disponían de nada que les ocupara manualmente o espiritualmente:
Que ¿qué hacíamos? Pues qué hacíamos, hija. Nada. No se podía hacer nada. […] Sentados en la arena, buscábamos las pulgas… el campo estaba infestado de pulgas… y las contábamos, quién atrapaba más. Recuerdo una vez haber contado más de doscientas […] También las veíamos a través de una lupa… ¿sabías que los bichos esos tienen unos pelos así de largos, en la espalda? […] luego hacíamos un hoyo en la arena, y metíamos allí las pulgas, cada uno sus pulgas en su hoyo, y competíamos a quién le van a salir primero del hoyo. Ay, Dios mío…como tontos, todo el santo día, mirando las pulgas saltar del hoyo […] A veces, llegaban los gens d’armes, o los guardias móviles a caballo, esos eran los peores, y rayando por allí y por allá, dios mío, como locos, y gritándonos… y nosotros, para hacerles la puñeta, tendíamos sogas entre las barracas. Las barracas estaban una al lado de otra así que el espacio que había entre ellas formaba una especie de calle, algo así como un callejón… pues entre una barraca y otra tendíamos una soga y cuando venía el guardia móvil a caballo, la tiramos para arriba y él se caía del caballo […] y nosotros patitas para que os quiero […]
La guerrilla. Los principales objetivos del movimiento
Inicialmente los objetivos del movimiento guerrillero no estaban muy claramente definidos. Sobre todo en las zonas donde el núcleo de la guerrilla fue formado por los llamados huidos18 los cuales se retiraron a las montañas por miedo a perder su vida, el carácter del movimiento era más bien defensivo. No obstante, eso cambió con la llegada de los guerrilleros enviados de Francia por el PCE (Partido Comunista de España) que disponían de experiencias prácticas de la guerra, de armas y de propaganda política. Uno de ellos, mi narrador J. M. Fue enviado a España en el año 1945. Pertenecía al grupo que posteriormente pasó a ser parte de una de las agrupaciones guerrilleras más grandes y más activas de todo el territorio español – la AGLA.
La meta principal de la lucha guerrillera era el derrocamiento del régimen franquista. El movimiento guerrillero tenía por objetivo provocar un levantamiento armado popular por medio del cual se llegaría a la abolición de las leyes franquistas y a la liberación de los prisioneros políticos, al restablecimiento de la libertad de palabra y de imprenta y finalmente a la constitución de un gobierno provisional que se encargaría de organizar las elecciones democráticas.
La base de la guerrilla eran las llamadas agrupaciones guerrilleras. Según algunas de las fuentes que he podido consultar, las agrupaciones eran nueve20. El PCE, por ejemplo, declaraba tener siete agrupaciones pero se trataba más bien de “la versión oficial” del partido que de una situación real. El movimiento guerrillero español no tenía una dirección que fuera común para todas las agrupaciones y todo el territorio; cada grupo hacía el máximo de lo que podía y como podía. Asimismo, la terminología que usamos hablando de la guerrilla es muy variable puesto que en diferentes lugares se utilizaban diferentes nombres – lo que, por ejemplo, en Valencia fue denominado como „agrupación guerrillera“ correspondía a lo que en Galicia fue conocido como „ejército guerrillero “ etc.
La propaganda directa estaba por supuesto considerada como uno de los objetivos más importantes del movimiento. La más conocida y también la más típica consistía en la ocupación de los pueblos.22 Los guerrilleros casi siempre procedían del mismo modo: tan pronto como obtuvieron informaciones necesarias sobre la localización y la distancia del Cuartel de Guardia Civil más cercano, sobre la extensión del pueblo, los caminos de escape etc., bajaron al pueblo y convocaron a los habitantes en la plaza. En esta “reunión” primero explicaron a los campesinos el sentido y el objetivo de la lucha guerrillera, luego distribuyeron la propaganda política y finalmente aclamaron la República. Una parte del grupo se encargaba de vigilar todos los caminos de acceso al pueblo. En cuanto duraba la ocupación del pueblo estaba prohibido que sus habitantes se alejaran (para el caso que algún campesino decidiera informar a la Guardia Civil más cercana de lo que pasaba en el pueblo).
También formaba parte de la ocupación del pueblo la confiscación de armas pertenecientes al alcalde, al cura, a los miembros de la Falange y a los somatenistas. La ocupación del pueblo generalmente no duraba más que unas horas. En casos particulares, sin embargo, podía prolongarse hasta dos días. J. M. participó en estas acciones un sinnúmero de veces. Aquí va uno de sus recuerdos, sobre la ocupación del pueblo de B.:
[…] Citamos a nuestro enlace al monte por medio de la estafeta que con él teníamos establecida… y nos informó de todo lo que nos interesaba para que la operación no fracasara: nombres de los somatenistas, situación de la casa del alcalde que era al mismo tiempo Jefe del Somatén, la del jefe de falange y la de un somatenista que podía resultar peligroso… luego nuestro enlace se marchó […] Oscurecido entramos en el pueblo. En un callejón detuvimos a un campesino que nos guió hasta la casa del alcalde, mientras que dos guerrilleros tomaban posición sobre la carretera para en caso que los civiles de El Toro se presentaran… en casa del alcalde sólo encontramos a la mujer […] salimos a toda prisa porque se tenía que llegar al café de la plaza donde se reunían todas las tardes los vecinos con los caciquillos del pueblo para echar una partida al tute y tomar unas copas […] entramos, pues, en el establecimiento, y cuando supimos quién era el alcalde, yo le comuniqué lo que esperábamos de él y le aseguré que a nadie le sucedería nada si obedecían nuestras instrucciones […] luego el hombre se tranquilizó y ayudado por el jefe de Falange, nos acompañaron por las casas de los somatenistas a los que recogimos fusiles que fuimos cargando en un mulo que el propio Jefe de Falange nos proporcionó […] en el café teníamos concentradas a más de cuarenta personas… les explicamos lo que hacíamos y los objetivos de la lucha guerrillera y el programa del partido comunista de España para el derrocamiento del régimen y la instauración de un gobierno republicano provisional hasta que se celebren elecciones libres […] nos retiramos no sin antes soltar una serie de silbidos para dar a entender que había más guerrilleros cercando el pueblo.
Un papel significante en la difusión de la propaganda antifranquista jugaba también la prensa guerrillera. Cada agrupación guerrillera publicaba su título que por lo general llevaba el nombre de El Guerrillero, El Combatiente, Al ataque, Combate, Lucha etc. En las agrupaciones guerrilleras más importantes circulaba El Mundo Obrero, prensa oficial del PCE en Francia. Uno de los rasgos comunes para toda la prensa guerrillera era una fuerte dominación de propaganda y escasez de reflexión e información. Proliferaban artículos dirigidos a la población campesina que trataban de alguno de los problemas actuales de la localidad – condiciones económicas insoportables o más generalmente de la situación socioeconómica grave de todo el país. Apelaban a los campesinos que soportaran la lucha guerrillera y que se levantaran contra la represión económica (y otra) del régimen.
El Guerrillero, tal vez el periódico guerrillero más difundido, se publicaba (irregularmente) entre los años 1946 y 1949. La mayoría de las agrupaciones disponía de su propia “redacción”. Según varias fuentes, sólo en la AGLA se publicaron cerca de 5. 000 ejemplares. En torno al tema de la cantidad, mi narrador entabla una polémica:
El Guerrillero lo editamos en el monte, en los bosques, no. Y te digo que es imposible que hayan sido 5 000 los ejemplares que sacamos, como se puede leer en algunos libros. Pues era imposible adquirir tanto papel y tanta tinta […] porque tienes que tener en cuenta que cuando iba alguien, algún enlace del pueblo, a por el papel y la tinta, cuando hacía la compra, provocaba sospechas, si la gente sabía que no trabajaba en ningún despacho, donde haya necesidad de papel, y eso los guardias lo averiguaban muy rápido, que no trabajaba en ningún despacho u oficina donde haya necesidad de papel, y entonces ya le estaban pisando los talones y si volvía a hacerlo, ya lo cogían […] Así que lo de 5 000 me hace reír. Eran 500 ejemplares a lo sumo […]
Algunos aspectos de la vida guerrillera
Ciertos aspectos de la vida guerrillera como por ejemplo la comida, el sueño, la higiene, el calzado y el indumento o las relaciones que mantenían los guerrilleros con las mujeres son cuestiones a las cuales pocas veces he encontrado respuestas o comentarios en la literatura historiográfica. No obstante, son problemas que formaban parte inseparable de la existencia cotidiana de los guerrilleros, aspectos que a base diaria exigían la atención de esos hombres y requerían soluciones. Por lo tanto, paso otra vez la palabra al protagonista de nuestra historia: Sobre la comida y su consecución:
Que ¿qué comíamos? Harina, mucha harina. Me pasé seis años comiendo harina, tortillas de harina. Harina para desayunar, harina para comer y harina para cenar […] de vez en cuando, comíamos arroz, si algún enlace la conseguía, o aceite. Patatas […] muy pocas, uno porque pesaban mucho y segundo porque no dan mucha energía. Pero la harina era muy buena, en fin es muy buena. Yo la sigo comiendo, fíjate tú, es que no me he hartado de comer harina […] Hacíamos depósitos de comida. Esos depósitos tenían un doble objetivo: uno para tener algo de comida de reserva, guardada, cuando se nos acababa, y el otro para no tener que ir muy cargado. Metíamos el arroz o lo que fuera, harina, en un garrafón y lo enterrábamos y ahí se quedaba guardado […] ése era nuestro depósito. Muchas veces los puntos de apoyo que logramos establecer no podían comprar la comida que necesitábamos y que les pagábamos. Cada tienda era vigilada por los alcaldes, somatenistas y falangistas que colaboraban con la Guardia Civil […] muchas veces eran los propios tenderos los que llevaban el parte a la Guardia Civil de las adquisiciones que consideraban sospechosas. Y sospechoso era en estos años comprar tres kilos de arroz, cinco de harina, dos litros de aceite […] o dos pares de alpargatas […] en todos los pueblos cercanos se conocía al dedillo la situación económica de cada familia campesina. Campesinos que en toda su vida habían podido comprar un botón, se aparecían un buen día como compradores y nadie se explicaba cómo sucedía eso de noche a la mañana. Y así es que, así… comenzaron para nuestro grupo una serie de hambres que nunca nos quitamos de encima.
Sobre la ropa y la colada:
[…] una mañana, Julio que estaba de guardia avisó que llegaban voces desde el barranquillo. Prestamos atención y al poco oímos una especie de chapoteo en el agua […] y una voz femenina entonando unas coplas. Nos aproximamos y vimos una moza de unos 16 o 17 años que estaba haciendo la colada en el arroyo […] sin saberlo, la lavanderita nos prestó un gran servicio con lavar sus ropitas en aquél arroyo: todavía no habían hecho su aparición los piojos pero hacía tiempo que sentíamos la necesidad de mudarnos la camisa si no queríamos vernos plagados de ellos […] ya habíamos pensado en lavar nuestra ropa sucia pero como el arroyo tenía escasa corriente, la espuma del jabón se hubiera quedado retenida entre las hierbas del ribazo, y eso no dejara de llamar la atención al que lo descubriera […] si no se tenía por costumbre lavar en aquellas aguas. Entonces cogimos la ocasión por los pelos y aquella misma noche hicimos nuestra colada y nos pudimos mudar, qué buena falta nos hacía […] y es tan simple lavar una camisa, ¿verdad? Sin embargo en la vida de una guerrilla […]
Sobre el frío:
En invierno […] para entrar en calor, no tuvimos otro medio que batir la tierra helada con los pies o dar vueltas en el espacio del campamento, muy reducido, claro, como fieras en una jaula… no se podía encender una hoguera porque el humo nos hubiera delatado a la Guardia Civil, sólo un pequeño fuego para cocinar, entonces nos poníamos todos muy cerca del fuego y todos le dábamos consejos al que estaba preparando la comida cómo tiene que hacerlo para no hacer humo. Cada uno teníamos algún consejo especial […] el caso s que el resultado era siempre el mismo […] Cuando el terreno que teníamos delante no era bueno, es decir no habían buenos bosques para escondernos, en estos casos la travesía de la sierra se tenía que hacer en una noche, lo que suponía una marcha bastante agotadora […] máxima en los meses de invierno en que la nieve y las ventiscas la hacían todavía más dura […] y a menudo sin otro calzado que un par de alpargatas medio reventadas, y eso que había nieve hasta la rodilla […] y luego esperábamos todo el santo día mojados, temblando de frío, pegados al terreno. Siempre me pregunto cómo es posible que en todos esos años nadie se murió de una neumonía […]
Y sobre las relaciones con las mujeres:
Bueno… yo no creo ser tan puritano como para que me escandalicen ciertas situaciones. Y no quiero censurar un hecho que ocurría […] aunque si en la mayoría de los casos se produjo de forma fortuita, espontánea y no calculada […] en algunas ocasiones las guerrilleras se vieron rodeadas de una aureola de romanticismo, por así decirlo, que toda lucha, donde la vida está en juego, lleva consigo […] y creo que la mujer del campo español a veces buscaba este romanticismo […] así que así surgían aventuras amorosas que, sin embargo, tenían poca aceptación entre muchos de los guerrilleros, porque suponían un gran peligro en cuanto al mantenimiento de la disciplina. Se llegó incluso un par de veces al extremo de perder algunos puntos de apoyo por estos avances amorosos que no tuvieron respuesta […] en fin, creo que si estas situaciones sucedían de forma fortuita, sin cálculo previo, es difícil criticarlos porque son un resultado lógico de las relaciones entre personas de distinto sexo… pero sí se puede criticar a quien busque estas situaciones y con su comportamiento ponga en peligro a los demás.
Conclusión
Mi trabajo es por una parte descripción e interpretación de “la gran Historia” del movimiento guerrillero español de los años cuarenta (y principios de los cincuenta) del siglo XX, y por otra presentación de mi investigación biográfica. La importancia del movimiento guerrillero para la historia nacional española, su evolución y desarrollo así como su carácter antifascista (que debería ser argumento final para que sea identificado con otros movimientos europeos de esa índole) son temas que no voy a profundizar más en esta parte de conclusión.
Quisiera al contrario volver a tratar el aspecto biográfico de mi investigación. ¿Qué papel jugó? ¿Qué fin perseguía con la realización de las entrevistas? ¿Qué quería decir con “la historia pequeña”? Desgraciadamente no dispongo aquí del suficiente espacio como para poder subrayar cuánto las entrevistas biográficas y los momentos pasados con mi narrador me habían enriquecido personalmente, humanamente; ni puedo entrar en el tema del enorme valor testimonial de los datos recogidos a lo largo de esas entrevistas: fue precisamente a través del análisis narrativo que podía ver claramente qué importancia les atribuía mi narrador a los eventos históricos vividos y qué impacto tuvieron en su vida personal. En el presente trabajo sólo intenté esbozar un análisis de la historia oral; mi intención fue presentar la época histórica estudiada a través de la narración biográfica de J. M. El objetivo de mi trabajo fue enfocar la experiencia personal e individual del “hombre pequeño” – mi narrador – e intentar demostrar cómo él crea la imagen del pasado, es decir cómo nace su “historia pequeña”, y de qué testimonia.
RESUMEN
Entre 1945 y 1952 existe en España un movimiento antifranquista organizado, de carácter predominantemente comunista, que ha quedado olvidado hasta la fecha en la historiografía checoslovaca (posteriormente checa y eslovaca) en torno a la historia de España. El fenómeno de la guerrilla española de los años 40 y 50 ofrece, sin embargo, una serie se aspectos particulares, que sirven para justificar este breve trabajo.
Palabras clave: Exilio republicano, campos de concentración en Francia, maquis francés, Partido Comunista de España, guerrilla antifranquista, Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón, historia oral.
ABSTRACT
Between 1945 and 1952, there existed an organized anti-Francoist movement in Spain, of predominantly communist character, that has so far not been included in the various Czechoslovak (later Czech and Slovak) studies that deal with Spanish history. However, the phenomenon of the Spanish guerrilla movement of the 1940s and 1950s offers a number of characteristics that, in a way, can be called unique, and we believe that the subject well merits this brief work.
Key words: Republican exile, concentration camps in France, Spanish Communist Party, anti-Francoist guerrilla, oral history.
FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA
1. Fuentes primarias
1. 1. Archivos (escritos, material iconográfico)
-Archivo Histórico del Comité Central del Partito Comunista de España (Madrid)
-Archivo General de la Guerra Civil (Salamanca)
1. 2. Prensa
-El Guerrillero. Órgano de la Agrupación Guerrillera de Levante
-Mundo Obrero. Órgano del CC del PCE en España
1. 3. Fuentes escritas inéditas
-Memorias del narrador J. M. (manuscrito inédito)
1. 4. Fuentes orales
-Entrevistas con el narrador J. M. (inéditas)
2. Fuentes secundarias
2. 1. Libros
-Aguado Sánchez, Francisco: El Maquis en España. Ed. San Martín, Madrid 1975.
-Aguado Sánchez, Francisco: El Maquis en sus documentos. Ed. San Martín, Madrid 1976.
-Biescas, J. M. Antonio a Tuñón de Lara, Manuel: Oposiciones y lucha política. La guerilla. In: España bajo la dictadura franquista 1939–1975. Historia de España, tomo XIII, s. 200– 212. Ed. Labor S.A., Madrid 1994
-Constante Campo, Mariano et al.: Destierros aragoneses. El exilio de la Guerra Civil. Ed. Institución Fernando El Católico, Zaragoza 1988.
-Fraser, Ronald: Blood of Spain. The experience of Civil War 1936-1939. Penguin Books Ltd., London 1979.
-Gómez Parra, Rafael: La guerrilla antifranquista 1945-1949. Ed. Revolución, Madrid 1983.
-Hugh, Thomas: La guerra Civil Española. Ed. URBION S.A., Madrid 1980.
-Chalupa, Jirí: Zápisky o válce obcanské. Lidové Noviny, Praha 2002.
-Martín Casas, Julio a kol.: El exilio español 1936-1978. Ed. Planeta S.A., Barcelona 2002.
-Mucha, Jirí: Ohen proti ohni. Naše vojsko – Svaz protifašistických bojovníku, Praha 1970.
-Nálevka, Vladimír: Partyzánská válka ve Španelsku. In: AUC Studia Historica XLVIII, pp. 135–141. Univerzita Karlova, Praha 2000.
-Pond Prades, Eduardo: Morir por la libertad. Españoles en los campos de exterminio nazis. Ed. VOSA S.L., Madrid 1995.
-Rafaneau-Boj, Marie-Claude: Odysée pour la liberté. Éditions Denoël, Paris 1993.
-Romeu Alfaro, Fernanda: Más allá de la utopía. Perfil histórico de la Agrupación
Guerrillera de Levante. Ed. Alfons el Magnanim, Valencia, 1987.
-Serrano Fernández, Secundino: Maquis. Historia de la guerrilla antifranquista. Ed. Temas de Hoy S.A., Madrid 2002.
-Vilanova, Antonio: Los olvidados – los exiliados españoles en la segunda guerra mundial. Ed. Ruedo Ibérico, Paris 1969.
-Yusta Rodrigo, Mercedes: Guerrilla y resistencia armada contra el franquismo en Aragón (1939-1952). Ed. Prensas Universitarias de Zaragoza, Zaragoza 2003.
-Yusta Rodrigo, Mercedes a kol.: Historias de maquis en el Pirineo aragonés. Ed. Pirineum Editorial, Huesca 2002.
-Yusta Rodrigo, Mercedes: La guerra de los vencidos. El maquis en el Maestrazgo turolense 1940-1950. Ed. Institución Fernando el Católico, Zaragoza 1999.
3. Literatura relevante para la metodología de historia oral
-Fialová, Zuzana: Orálna história – história s tvárou a menom. In: Malé dejiny ceskoslovenských vztahov VI., pp. 31–46. Nad. Milana Šimecku, Bratislava 1996.
-Fischer-Rosenthal, Wolfram a Rosenthal, Gabriele: Analýza narativne-biografických rozhovoru. In: Biograf, casopis pro biografickou a reflexivní sociologii, c. 24/2001. -Kaiserová, Ida: Jó, tak to bylo, milánku. In: Biograf, casopis pro biografickou a reflexivní sociologii, c. 2/1994.
-Salner, Peter: Prežili holocaust, VEDA Vydavatelstvo Slovenskej Akadémie ved, Bratislava 1997.
-Semenova, Victoria: The messages from the Past in the Perspective of the Present. In: Breckner, Roswitha et al.: Biographies and the Division of Europe, pp. 93–113. Ed. Leske+Budrich, Opladen 2000.
-Silverman, David: Doing Qualitative Research. SAGE Publications Ltd, London 2000.
-Schütze, Fritz: Narativní interview ve studiích interakcního pole. In: Biograf, casopis pro biografickou a reflexivní sociologii, c. 20/1999.
-Vanek, Miroslav: Možnosti a meze orální historie pri výzkumu ceského exilu. In: AUPO Fac. Philosophica. Historica 31-2002, Sborník prací historických, pp. 399–404. Univerzita Palackého, Olomouc 2002.
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