Editorial: Los Libros de la Catarata
Año: 2008
Comentario: El último frente’ no es un título retórico y falto de contenido; la guerrilla antifranquista en España
sólo se puede entender en el contexto de la guerra civil y de su inmediata respuesta por parte de la dictadura con un intenso despliegue represivo, tanto desde el punto de vista teórico como práctico”; es decir, persiguiendo a los guerrilleros en los montes y contando la historia, su historia, en los libros. Así explican en el prólogo del libro Julio Aróstegui y Jorge Marco el título y el contenido del ensayo que acaba de llegar a las librerías, publicado por Catarata y que recoge las ponencias presentadas en el ‘Encuentro Internacional Resistencia Armada en Posguerra. España 1939-1952’, que se celebró en 2006 en la Universidad Complutense de Madrid, que coordinaron los citados Arostegui y Marco con una importante aportación leonesa al mismo. “El curso reunió a los más importantes investigadores y ahí radicaban algunas de las singularidades del mismo: Primero, era la primera vez que el fenómenos maquis llegaba a la universidad española y, después, fue un encuentro profesional, por decirlo de alguna manera; es decir, para historiadores”.
Serrano, Odette y Llamazares
El libro recoge casi veinte ponencias de expertos, que van analizando desde la guerra civil, al contexto histórico, la vertiente social de la guerrilla, el maquis y su organización, otras asociaciones como el PCE, los territorios guerrilleros: Asturias-Galicia-León, Cataluña, Andalucía... hasta el análisis de si eran rebeldes, justicieros o delincuentes. Cerrando el libro el testimonio de las mujeres en la guerrilla. También hubo otras aportaciones desde el mundo del arte, como las ponencias del crítico de cine Carlos F. Heredero y el escritor leonés Julio Llamazares, que no aparecen recogidas en el libro, que se centra en la vertiente histórica del congreso. La aportación ‘leonesa’ en este volumen es significativa en todos los apartados. De un lado está la ponencia de Secundino Serrano, seguramente el mayor experto nacional en la vertiente histórica de la guerrilla antifranquista, quien habló de la ‘Génesis del conflicto: La represión de los huidos. La federación guerrillera de León-Galicia’; la ‘parte femenina’ de la guerrilla es analizada por Odette Martínez, hija de otro guerrillero leonés —Quico— quien tituló su trabajo ‘Los testimonios de las mujeres de la guerrilla antifranquista de León-Galicia’ y, finalmente, en el apartado de las colaboraciones literarias estuvo presente el citado Julio Llamazares con ‘Los héroes de mi infancia’.
La ponencia de Secundino Serrano analiza como “el clima y el contexto de persecución provocó la primera oleada de fugados, fuxidos, emboscados, escapados o los del monte, con el único objeto de pasar a la zona republicana o escapar de las garras de la primera oleada de represión. Así muchos de ellos se integraron en el XIV cuerpo del Ejército Guerrillero o actuaron de forma independiente hasta la conclusión de la guerra cuando, ante el envite de los consejos de guerra, se produce una nueva huida de hombres a la sierra”.
Mujeres y guerrilla
Especialmente significativa resulta la ponencia de Odette Martínez Maler, hija del guerrillero leonés Quico y especialista en todo lo relacionado con la mujer y la guerrilla. Apunta en su trabajo que a las mujeres “les cuesta reivindicar, como resistentes, una experiencia indirecta de la lucha armada: ellas actuaban casi siempre como ‘hermana de’, ‘hija de’, mujer de’, etc.; su identidad siempre venía construida o destruida con respecto a lo masculino hasta el punto de enmascarar el sentido de su compromiso personal”.
Algo que se puede entender si vemos algunos de los testimonios que recoge, como el de Chelo, quien habla de la reprobación moral que sufrían por su condición de ‘esposas de’ o ‘amantes de’ los guerrilleros y recuerda como “las perseguían llamándolas ‘las putas de los rojos”.
También sucede que en aquel momento no se valoraron sus acciones y su compromiso como punto final de negación de identidad política. Recoge como ejemplo el testimonio de Ángela Losada, cuyo padre fue ejecutado el 18 de julio de 1936. “No, yo no tenía acciones resistentes”, llega a afirmar esta mujer; pero a continuación relata cómo cumplía tareas muy peligrosas de abastecimiento de la guerrilla, al margen de convertirse en la cabeza de familia pues su madre, Alpidia Moral, también se convirtió en guerrillera y murió en un combate en los montes del Bierzo.
Habla Ángela del peso de la soledad, de las responsabilidades de ser cabeza de familia siendo casi una niña, de la epopeya diaria de vivir con el estigma de la familia a la que pertenecía pero, señala Odette Martínez, “esta experiencia indirecta de la represión no la presenta espontáneamente como de carácter político”.
Sara Álvarez va más allá y cuenta “como actos normales de mujer cristiana el hecho de coser falsos trajes de guardia civil u otros gestos de solidaridad, actos que eran, no obstante, verdaderas acciones resistentes y que suponían riesgos enormes”.
A todo ello, se suma la confusión entre afectividad y compromiso político que en la mayoría de los casos de estas mujeres existían pues su relación con ‘los del monte’ era también familiar. También hubo casos de compromiso claro y ‘contundente’, como el de la citada Alpidia Moral.
Todo un mundo en un libro.
Fulgencio Fernández León
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