La vida en el monte.


(c) Ilustración de Julián de Velasco Tobar 

En realidad, la mayor parte del tiempo (sobre todo en invierno), lo pasaban escondidos en pueblos y aldeas, repartidos generalmente de forma individual o en parejas. Nunca en grupos numerosos. Solían cambiar de vivienda a los pocos días.

La vida en las aldeas, a pesar de ser más cómoda, era más peligrosa que en el monte, tanto para los propios guerrilleros, como para las personas que les brindaban cobijo, siempre bajo la amenaza de alguna delación.

Cuando estaban en el monte, tomaban todo tipo de precauciones. Estaba prohibido utilizar jabón, porque la espuma era un indicio fiable. Evitaban caminos y senderos, enterraban los restos de comida y utilizaban leña bien seca para hacer fuego con poco humo.

La salud era uno de los problemas fundamentales, se recurría a médicos que colaboraban de forma voluntaria o bien se amenazaba a los doctores para que atendiesen a los emboscados heridos o enfermos.

En general se enteraban de lo que ocurría en España y en el mundo a través de las emisiones de Radio España Independiente, "La Pirenaica". que además enviaba consignas a los guerrilleros. Las informaciones más locales eran transmitidas a través de los enlaces.

Los golpes económicos, solían realizarse al atardecer, para de este modo disponer de la oscuridad de la noche para escapar.

En cuanto a sus armas, las mas utilizadas eran: las metralletas Sten o Thomson, escopetas, rifles, naranjeros, mosquetones, fusiles mauser y pistolas de todo tipo, sobre todo Astra y Luger. El grueso de las armas procedía de la Guerra Civil y de la Resistencia Francesa.

Los guerrilleros no llevaban una indumentaria específica, en general vestian igual que las personas de la comarca donde actuaban con el fin de no llamar la atención.

Las detenciones eran especialmente temidas, ya que al no serles reconocida la condición de soldados, sus vidas dependían tan solo de la voluntad de sus captores, generalmente precedida de todo tipo de torturas. Era mayor la aprensión a ser heridos o arrestados que a la muerte en si misma.

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