EL PERIÓDICO 22/11/2008
Foto Ricard Cugat
Eulalio Barroso (Bohonal de Íbor, Cáceres, 1927) era un chaval cuando se enroló en la guerrilla para combatir el régimen de Franco. A los 18 años ya era jefe de un grupo de maquis.
Pasó cuatro años entre las jaras de la sierra de Cáceres y Toledo y otros 14 preso. Casi ciego, sigue en pie con tres baipases. Hoy habla en el debate Los maquis. Es uno de los últimos supervivientes.
--¿Qué le hizo echarse al monte?
--Salvar la vida. Los hombres del monte, antes no les decían guerrilleros, huían a la sierra para escapar de la muerte. A los que olían a República se los cargaban. No tenían comida ni armas. Un día llegaron a casa y recuerdo que les dimos 30 panes que mi madre había amasado. Así estuvieron un año.
--¿Qué pasó después?
--Tres hermanos míos huyeron. Un día, cuando tenía 16 años, la Guardia Civil me puso un fusil en el pecho para que desvelara su escondite. El cabo amenazó con matarme y le dije: "¡Si tiene que hacerlo, hágalo!".
--¿De dónde sacó tantas agallas?
--Aún no lo sé. Aquella noche no dormí. Rodearon mi casa y al ver que la cosa se ponía fea pedí permiso para hacer mis necesidades. Huí.
--¿A dónde fue?
--A la base donde estaban mis hermanos, pero estaba desmantelada. Pasé el día andando, desesperado, y al anochecer oí una voz. ¡Eran ellos!. La primera noche fuimos a buscar cuevas para ocultarnos.
--¿En qué pasaban los días?
--Llegamos a ser 200 personas, tomamos toda una sierra. Aprendí a leer y escribir. Hacíamos asambleas y llegamos al convencimiento de que éramos republicanos. Buscábamos comida y armas. Había un código de conducta: respeto a la población civil y no molestar a las mujeres; si no, juicio sumarísimo.
--Pero los denunciaron.
--La Nochevieja del 45, 300 guardias nos rodearon. Tres de mi grupo murieron, el primero un chaval al que le lanzaron una bomba a la cabeza. A mi cuñado y a mí nos detuvieron, él no pudo defenderse porque llevaba a su hijo en brazos. Me conmutaron la pena de muerte por 30 años de cárcel. Pasé 14 por un indulto tras la muerte del Papa. ¡Yo que siempre fui ateo!
--¿Lo peor de la derrota es lo que viene después?
--Sí, la represión criminal y bárbara y el miedo. Marchas de 40 kilómetros, penalidades, sueño...
--¿Ha merecido la pena la lucha?
--Nos hemos quedado atrás. Queríamos la república, no la monarquía. Los que luchamos por ella seguimos siendo unos parias.
--¿Cree en la recuperación de la memoria histórica?
--Franco y su régimen deben pasar a la historia como asesinos y traidores.
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